Madriz Curador: José Antonio Mondragón

Adjuntamos a continuación el artículo que ha sido publicado  en la revista Madriz sobre José Antonio Mondragón y su tarea como Gestor Cultural y Curador.

JOSÉ ANTONIO MONDRAGÓN ES GESTOR CULTURAL, COMISARIO, DOCENTE, DIRECTOR DE FACTORÍA DE ARTE Y DESARROLLO Y DE LA FERIA DE ARTE CONTEMPORÁNEO WE ARE FAIR!, ENTRE OTROS CARGOS. VARIAS FACETAS DE SU EXTENSA ACTIVIDAD LABORAL LE LLEVAN A ESTAR EN PERMANENTE CONTACTO CON LA GESTIÓN CULTURAL Y LA CURADURÍA. POR IRENE CALVO.

José Antonio Mondragón es el director de Factoría de Arte y Desarrollo, organización de difusión y coordinación de proyectos culturales, que ofrece una completa formación en gestión cultural y que también cuenta con un programa expositivo en su sede de la céntrica calle Valverde. Además, desde Factoría Mondragón gestiona el servicio de exposiciones y actividades culturales y educativas de dos conocidos museos malagueños. Añadido a todo esto, José Antonio es director de la feria malagueña Art&Breakfast y de la feria madrileña WE ARE FAIR!, en cuyo próximo lanzamiento se encuentra trabajando ahora mismo, a la vez que prepara la siguiente exposición del artista Guillermo Martín Bermejo en Factoría.

Los artistas con los que José Antonio realizaría una hipotética exposición son: Javi al Cuadrado, diseñador gráfico y dibujante que desarrolló la serie de retratos a boli “#Unknown” sobre una persona anónima que descubrió en las redes sociales, un tema que pretende seguir desarrollando en próximos proyectos; Guillermo Martín Bermejo, artista que se expresa fundamentalmente a través del dibujo, encuentra en esta disciplina una forma de libertad identitaria y un mundo personal donde cada trazo cobra vida; David Trullo, multidisciplinar enfocado sobre todo a la fotografía y al vídeo, sus trabajos giran en torno a la iconografía aplicada al mundo moderno; Manuel Antonio Domínguez también trabaja algunas de las opciones que le ofrece el papel como el dibujo y el collage, y sus temas van desde la crítica social hasta la identidad masculina; José Antonio Vallejo Serrano, madrileño de nacimiento, la producción de este licenciado en Bellas Artes gira sobre una temática más o menos constante: los juguetes infantiles y su relación adulta con ellos a través del dibujo, la escultura o la performance.

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¿Cómo definirías la labor de un/a comisario/a?

La labor del comisario consiste fundamentalmente en poner en común los intereses que, en torno a una intervención artística, tienen el propio artista, el público, la institución que la acoge y los demás implicados. Su tarea implica la empatía, la puesta en el lugar de cada uno de ellos para concebir, interpretar, contextualizar y dar robustez al proyecto. Sin embargo, el discurso curatorial debe ser fiel al mismo tiempo con la intención del propio curador, llegando a contar lo que quiere, de la mejor forma para el resto de los participantes.
Por último, y para rizar el rizo, el comisario no debe ser más relevante que la propia obra, respetando en todo momento su protagonismo. Por todo esto, no resulta una tarea sencilla.

¿Qué crees que hace falta para ser curator?

Creo que es importante tener la capacidad de ponerse en el lugar de cada una de las partes que forman parte del hecho artístico; saber hacer diferentes lecturas en paralelo de la misma realidad y atender a distintas sensibilidades de manera simultánea. Conocer bien el terreno y basándose en una orientación hacia los demás, conseguir que sus planteamientos sean permeables a las diferentes necesidades. Además de todo ello, casi como un malabarista, debe saber mantener su propio discurso, matizado por todos los demás destinatarios de su trabajo. Debe ser respetuoso con la obra y la intención del artista, sin forzar el discurso.

 

¿Por qué has elegido a estos/as artistas?

Son artistas a los que conozco y con los que he trabajado en distintas ocasiones. Todos ellos tienen una línea de trabajo similar, con claros puntos en los que se encuentran, aunque cada uno de ellos habla de una realidad similar desde puntos de vista diferentes. Aunque el resultado estético de cada uno de ellos es bien distinto, hay un diálogo entre sus trabajos que da juego y permite contar una historia compacta.

¿Cuáles son tus referentes o ideales a la hora de comisariar?

Más que de referentes hablaría de ideales, de buenas prácticas. Saber articular los distintos puntos de vista que he especificado antes con su propia intención en el momento de concebir el proyecto, constituye la verdadera esencia del papel de un curador. Hay muchos profesionales que lo consiguen y que trabajan duro y con sensibilidad para obtener ese resultado. Semíramis González, Nerea Ubieto, Tania Pardo, Carlos Delgado Mayordomo o Javier D. Guardiola… son puestos preferentes en la lista, que puede ser mucho más larga.

¿Debe un comisario delegar en otros o, por el contrario, tiene que controlar todos los procesos del comisariado de un evento?

Depende de las habilidades que cada profesional tenga en concreto. Los hay con una gran capacidad de gestión y otros que prefieren delegar estas tareas. De forma habitual, el trabajo en equipo enriquece el resultado del proyecto, aunque hay quien prefiere tenerlo todo bajo control. Aun así, es bueno contar con distintos puntos de vista.

Eres comisario y también gestor cultural. ¿Crees que a veces el comisario es un poco gestor y viceversa?

Las realidades profesionales que viven el comisario y el gestor pueden ser muy distintas con frecuencia. Los intereses de uno y otro pueden chocar en el proceso de creación de un proyecto. Concentrar las dos facetas en la misma persona puede suponer una especie de desdoblamiento de la personalidad que no siempre es sencillo de sobrellevar. En todo caso, siempre permite un diálogo más rico, al poder hacer un análisis desde distintos puntos de vista.

¿Se podría decir que existe una labor de comisariado al dirigir una feria de arte y sus actividades?

La tarea de concebir o dar forma a una feria de arte implica una tarea de comisariado propiamente dicha. La coherencia en el concepto, en aquello que quiere hacerse llegar al público es esencial. Una feria no debe ser un conjunto de actividades que coinciden en un tiempo y en un espacio sin más pretensión. La tarea curatorial en una feria es esencial para ofrecer a los distintos clientes lo que buscan, y para poner en valor las diferentes acciones que se llevan a cabo. Cuando hablo de clientes no me refiero únicamente a público. Siempre digo que uno de los grandes retos que para mí tiene el formato de Feria es que todos los implicados son clientes. Los galeristas, los artistas, el público visitante, los coleccionistas o los profesionales que llevan a cabo las actividades paralelas, el espacio en el que se desarrolla,… no puede ser, por tanto, una serie de hechos que suceden de manera paralela o simultánea sin más hilo conductor, y para ello hace falta una visión global, desde arriba, que sepa hacer una selección coherente.

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