Cultura para una Crisis

Con motivo del desarrollo de nuestra Escuela de Verano, y más concretamente del curso Proyectos Culturales: Diseño y Evaluación, os ofrecemos este post sobre la necesidad de adaptación de los modelos de gestión cultural a tiempos tan difíciles como los que atravesamos. Esperamos que os sea de utilidad.

En los tiempos actuales donde parece que vivimos una crisis generalizada(no sólo de económicas, sino también de valores) resulta habitual la proliferación de artículos y comentarios sobre cómo eso afecta al mundo del arte y, más ampliamente, de la gestión cultural.

Desde numerosos sectores(educación, sanidad, turismo…) aparecen continuamente mensajes pesimistas que hablan de recortes, de precariedad y de la necesidad de buscar nuevas fórmulas que, por lo general vienen de fuera del propio entorno que genera la queja.

Desde el sector cultural, la vivencia de la crisis se materializa en diversos intentos de adaptación:

  • Transformación de los formatos para eventos periódicos (i.e. conversión de los festivales anuales en bianuales).
  • Búsqueda de patrocinadores externos U otras formulas mixtas para la producción de las iniciativas y proyectos (i.e. cesión de espacios para exhibición de iniciativas privadas, sin ningún apoyo económico, pero con la firma de la institución como promotora).
  • Supresión de iniciativas -incluso de algunas tradicionales- culturales.
  • Fracaso de algunas entidades dedicadas a la gestión de la cultura, especialmente aquellas que en los inicios de la crisis presentaban un considerable peso de estructura que terminó ahogando una cuenta de resultados con una baja facturación.

Sin embargo, no podemos olvidar el viejo refrán que nos aconseja hacer bueno de lo malo y utilizar las coyunturas complejas para reinventar las estrategias, que quizá por otra parte, estaban quedando obsoletas.

De esta manera, las necesidades de producción se están ajustando progresivamente a lo necesario –desgraciadamente en los mejores casos- y de esta manera estamos aprendiendo a reducir gastos superfluos que antes resultaban ser imprescindibles».

Jose Antonio Mondragón
Director Factoría de Arte y Desarrollo