La sensación repetida en las redes por parte de muchos es que nos encontramos en una especie de periodo de entreguerras, quizá porque entramos en la década de los felices 20 del siglo XXI y se acumulan los aniversarios que nos lo recuerdan (fin de la Gran Guerra hace 100 años, 80 del final de la Guerra Civil y principio de la II Guerra Mundial, 50 años de Stonewall…)

La sensación en cualquier caso es que de la misma forma en que nos alejamos de los 10 oscuros años de la crisis nos acercamos a un momento no mejor, e incluso a un escenario preapocalíptico, y volvemos a revivir argumentos y situaciones que creíamos superadas.

El artista visual David Trullo recupera imágenes de un pasado que suponíamos remoto no para homenajearlo, sino para hablar de la encrucijada actual desde una perspectiva queer: una posible vuelta a la revuelta, revisitar nuestra situación y a dónde hemos llegado, toda vez que lo celebratorio deja paso de nuevo a lo político.

A través de varias instalaciones de lo que podríamos llamar ‘fotografía expandida’, mezclando imágenes del autor, imágenes apropiadas y alteradas en soportes clásicos y otros como la cerámica, Trullo nos propone repensar nuestro futuro a través de un pasado que hemos ido idealizando conforme hemos avanzado en derechos y al que miramos de reojo, en una alusión directa a la ‘Queer Nation’ y a la lucha por los derechos civiles que vuelven a verse cuestionados de la misma forma en que lo fueron en el siglo XX, en este caso mediatizados por el capitalismo tardío y la falsa ‘pax romana’ de las redes sociales.

Trullo nos acerca la paradoja de la necesidad de ‘una guerra nueva’ como estado ideal para conseguir un cambio de orden.