Todo normal
No hay nada normal, en el sentido de la corrección social burguesa, o de los digamos valores de urbanidad de una población, en estos dibujos de Cristina Llanos. Y sin embargo, son especulaciones muy sinceras de una realidad generacional que, vista en retrospectiva, parece definir el atribulado mundo de hoy. Una juventud surgida de unos condicionantes sociopolíticos y económicos muy concretos, el fin de la Perestroika, la desaparición de la Unión Soviética, la avalancha de un capitalismo feroz en una sociedad que desconocía sus reglas y consecuencias, el desmembramiento de los usos sociales, pero también de las estructuras básicas de un tipo de Estado para transformarse en otro de idiosincrasia muy distinta, todo en un momento en que la tecnología iba a cambiar la forma en que nos relacionábamos en el marco de una globalización aún mayor que la anterior.
Desde entonces, parece como si los jóvenes rusos, los adolescentes, sigan luchando por encontrar una identidad -individual y colectiva- en un mundo que parece haberles pasado por encima. Dos ideas de país en principio irreconciliables, con el dilema entre lo nuevo y lo viejo como una pregunta abierta de difícil solución, que se mezcla con la vuelta de viejos principios -la recuperación de una identidad folclórica, tradicional, religiosa- y la aparición de otros nuevos: el consumo y la configuración mimética de un país a través de símbolos reductores que apelan precisamente a que todo, incluso lo más seminal, puede ser constituido como mercancía y vendido como producto.
En este horizonte confuso, el nihilismo toma cuerpo. Como es tradicional desde los años setenta, hay una sensación de condena en el futuro, al modo punk, y de despertar de la violencia, al modo skin. Un traslado de la responsabilidad individual al marasmo colectivo. La posibilidad de la violencia como una vía expiatoria, y del acto vandálico como una fórmula objetiva y lícita de respuesta. El lumpen como el camino liberador que transforma la ira en una manera de reaccionar frente a la miseria económica y moral.
Cristina Llanos pertenece a una generación de mujeres artistas que han logrado transitar de los discursos sobre la propia identidad femenina -su anterior exposición relataba de forma descarnada su propia experiencia con la maternidad- para hablar de prácticamente cualquier cosa, en los mismos términos que lo hacen los hombres: temas relacionados con la política, la antropología, la realidad social y económica del momento, de su propia experiencia frente al mundo. Su obra supura violencia, rabia, ironía y humor, desafectación por la realidad consensuada y apela al vandalismo y la ruptura social como motor de lucha. Contiene no pocas ideas de importante valor per se. No es una artista de la feminidad: es una artista de la implicación de la mujer en todos los aspectos de la realidad, que levanta la voz y usa los mismos recursos dialécticos generalmente interpretados como masculinos por el patriarcado, sin ningún atisbo de culpa y sin pedir perdón por ello.
“Todo normal” compone un fresco especulativo que bascula entre las estéticas populares, las de la tradición pero también las del consumo, de un momento concreto, los años noventa en Rusia, con las del presente, y que usa estas sincronías para lanzar preguntas sobre el futuro. En este proceso de aculturación o supuesta alienación adolescente, por la vía tecnológica o por la vía de la violencia y la marginalidad, tanto el humor como lo bizarro, el detalle y la visión general, apuntan a unos cambios morales y estéticos que parecen estar presentes en muchos lugares a la vez: allí donde la esperanza de algo mejor choca con la realidad inmediata de lo que probablemente no vaya a ocurrir. Es, digamos, un canto desesperado pero también una revancha frente a la promesa burguesa de progreso y justicia. Un análisis anárquico con la incertidumbre como herramienta que alienta la curiosidad.
Guillermo Espinosa
Cristina Llanos (Badajoz, 1981. Madrileña de adopción) es una artista multidisciplinar española, que ha desarrollado su carrera en la pintura, el dibujo, la acuarela, la instalación, la perfomance y el cómic. Licenciada en BB.AA por la UCM de Madrid, entre sus últimas exposiciones individuales se encuentra el proyecto “Broadcast yourself! 2.0” (La Eriza, Madrid, 2016) o la exposición “El Pacto Secreto” (La New Gallery. Madrid, 2015). Esta es su primera exposición individual desde 2016. Entre sus exposiciones colectivas recientes, cabe destacar: “Maternar. Entre el síndrome de Estocolmo y los actos de producción” (MUAC, México D.F., 2021); “Alteración. Desorden y Comprensión” (Tokio Galería, 2019) o “Esperando a Thoreau”. (Sala Amadís, INJUVE. 2016). Ha recibido las Ayudas VEGAP 2020 a la creación visual y ha sido premiada y seleccionada en diferentes concursos y convocatorias como Open Workshop 2012, El Ranchito de Matadero Madrid o los Premios Biblioteca Pública de Zamora. Tiene publicado el cómic “El último Beso” (2021).
Artista
Cristina Llanos
Comisario
Guillermo Espinosa
Fechas
15/03/2023 – 16/04/2023
Lugar
Factoría de Arte y Desarrollo