Instagram: la academia del Siglo XXI
‘Su publicación ha sido eliminada por violar la política de la comunidad de Facebook’, un mensaje frío y corto que marca los límites de la carne y lo censurable. Y si en un primer momento nos escandalizábamos al recibirlo, ahora lo hemos interiorizado: antes de publicar un post estetizamos escondiendo sexo y senos, pero ¿cuáles son las consecuencias para el desnudo artístico?
La política de Facebook censura el contenido sexual, pero también lo ‘sexualmente sugestivo’. En este último caso no elimina el post, sino que rebaja la influencia que tiene en el buscador y los hashtags. Por ello, y una vez más, fuerza a los artistas emergentes que principalmente promocionan su obra en las redes a moldearse dentro de los límites de la censura explícita (píxeles) e implícita (sugerir). Es decir, las políticas sobre el cuerpo les obligan a reformularse en pos de la visibilidad. La resistencia máxima es la creación de hashtags que se viralicen, redes entre artistas que se apoyen y publicaciones en otros medios que denuncien la censura artística; pero la guerra que ha iniciado internet contra el sexo solo acaba de empezar, así que, más allá de esto y, si quieren llegar a un público amplio, FB fuerza el camino hacia la autocensura y el sugerir –estrategias propias de las Academias clásicas.
Los artistas de nuestra exposición ‘Academias’ trabajan el desnudo masculino desde una mirada homoérotica y, por lo tanto, también se ven en esta encrucijada. Es verdad que al pertenecer a distintas generaciones, la censura les ha afectado de maneras muy diversas. Javier Marín, el más veterano de la muestra, empezó hace más de veinte años su carrera artística con el apoyo de la galería Zaguán (Valencia) y, consiguientemente, la promoción de su obra en redes ha sido reciente y secundaria. Cabe subrayar que nunca le han eliminado un post y que tampoco se ha replanteado una composición para que no le censurasen. En el caso de Jean Carlos Puerto las redes han representado el escaparate principal de su creación: se ha dado a conocer y ha contactado con profesionales, modelos y compradores. Su producción no tiene contenido pornográfico explícito pero, al mostrar parte de los genitales, su influencia y repercusión en IG ha ido descendiendo. Aún así, afirma que se ha replanteado la forma de mostrar su trabajo en las redes, pero nunca cambiar alguna de sus composiciones. Por otro lado, Mano Martínez despegó gracias a Blogspot y Gayromeo, pero IG es el medio donde difunde su obra aunque, confiesa, su política le afecta enormemente porque sólo le permite exhibir un 50% de su trabajo. Al contrario que Marín, le han eliminado cuatro perfiles e inhabilitado tres veces el actual, y por ello, si puede subir una foto con o sin genitales con la misma fuerza y mensaje, publicará la última. Siguiendo esta estela, el más joven de la muestra: Gonza Gallego. Comenzó a crear por pura necesidad y no con la idea de vivir de ello y, bajo este prisma, IG representó una herramienta más para la difusión de su obra. Al tratarse de un proyecto basado en desnudos, le han censurado en multitud de ocasiones y, pese que al principio intentó luchar contra ello, ahora considera que es una batalla perdida. Por ello y para la producción difundida en redes, aprendió a crear de una forma más insinuante y contar lo mismo mostrando menos.
Como conclusión, FB ha sustituido a la Academia clásica mostrando a los artistas cuál es el camino correcto y qué obras se pueden promover y cuáles no, pero, según nuestros artistas, la censura influye a la obra subida en redes, no a toda su producción (creada y vendida). Por lo tanto, el sugerir y la autocensura se reduce a los espacios digitales, siendo así herramientas esenciales pero no únicas para la divulgación y el reconocimiento de los artistas emergentes.
Irene Ruiz Planella
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